..:: El Canchanauta ::..

miércoles, septiembre 06, 2006

- Otras historias - El club más popular del mundo

Nació como una travesura de dos bandas de chicos en un barrio del sur. Cansados de pelearse con piedras y cachetazos en los terraplenes del ferrocarril o en los playones del viejo mercado de flores decidieron unirse para disfrutar de su juventud ya no en las calles, sino en un lugar exclusivo para ellos. El tiempo les dio la razón y unas cuantas sorpresas más, ya que además de su juventud, disfrutaron el resto de sus vidas de aquella decisión tomada para sanar heridas y ayudar a cerrar definitivamente cicatrices absurdas que marcaron la niñez de todos ellos. Cuando el club ya era manejado por sus nietos, el crecimiento fue impresionante y contrastaba notablemente con los pocos fundadores que tuvo el club. Por muchos motivos el club creció mucho y llegó un punto en que se tuvieron que tomar medidas acordes a ese gran desarrollo. En el club el fútbol era una de las máximas pasiones. Y cuando quisieron darse cuenta del volumen de personas que debían recibir se encontraron con que había tantos hinchas de fútbol que como primera medida tuvieron que dejar entrar a los socios únicamente y colocar pantallas gigantes fuera del estadio para aquellos fanáticos que no podían ser socios. El caudal de hinchas y socios siguió creciendo, con lo cual luego de unos meses debieron tomar otra medida. Podrían ingresar alternadamente, en cada partido, los socios con números pares e impares, pero no pudieron quedarse solo con eso. El ritmo de crecimiento fue incesante y solamente un torneo después se vieron obligados a hacer un convenio con la Confederación Nacional para que las fechas no sean mencionadas numéricamente, sino alfabéticamente, así en cada partido solamente podían ir aquellos socios cuyos apellidos empezaran con las letras correspondientes a cada fecha. Pero la imaginación tuvo un desafío mucho mayor. El estadio seguía desbordante y la seguridad de los espectadores y de la estructura edilicia hacia menester tomar una medida drástica. Por ello, no solo continuaron con la medida alfabética de aceptación de público, sino que además se subdividió el espectáculo. Había un público para el primer tiempo y otro para el segundo. Semejante movimiento de gente solamente pudo realizarse tras aceitar los mecanismos de evacuación del esplendoroso estadio, los cuales contaban con la ultima tecnología disponible a nivel mundial y sobre todo con la colaboración de todos los presentes. Así buscaron la manera hasta que finalmente lograron que la infraestructura del estadio, del club y de la ciudad no se vea saturada por el más grande icono social de todos los tiempos. Un solo club, una misma pasión y millones de seguidores. Antes de eso la cancha desbordaba. Primero se vendian plateas y populares, luego la demanda hizo que se expendieran otro tipo de tickets: baño de damas, parrillero de espalda al corner, sector torres de iluminación, categoría alcanza pelotas, pasillo interno (donde la gente se enteraba del partido por los comentarios, pero estaba dentro del estadio), estacionamiento (era mas barato porque la información fresca tardaba un poquito mas en llegar). En la ciudad se notó el crecimiento de manera muy notoria. Primero los colectivos bajaban el puente que conectaba a la Capital y se desarmaban en la primera curva por el peso que llevaban. Es que la gente se colgaba hasta del espejito del bondi. Por eso el intendente dijo que los colectivos no llevarian mas gente a la cancha, lo cual no fue suficiente, terminaron cancelando los servicios en esos dias de partido. La gente se volcó a concurrir en sus propios vehículos pero la sobrecarga del puente hizo que se abrieran grietas importantes en su estructura y así tuvieron que clausurarlo mucho tiempo hasta que lo refaccionaron y posteriormente le agregaron… veinte carriles mas. Antes el puente cruzaba el rio, hoy el río cruza debajo del puente. La historia y las circunstancias hicieron que la referencia sea el puente y no el rio. Mientras las obras estaban realizando, muchos aprendieron a nadar en los intentos por cruzar el rio a tiempo y llegar al estadio en el momento indicado. Ya otra vez con el moderno puente, los embotellamientos persistieron de la mano del crecimiento constante de la convocatoria. Algunos innovaron con la bicicleta y fueron exitosos los pioneros porque terminaron poniendo una bicicletería en el estacionamiento del estadio ya que los hinchas que empezaron a llegar de ese modo a la cancha luego se multiplicaron por miles. La dirigencia del club tuvo que comprarle terrenos al ferrocarril para poder seguir expandiendo el estacionamiento, el cual contaba con sectores para camiones, colectivos, autos, motos, ciclomotores, scooters, bicicletas, skates y hasta rollers. Todo un lujo para la época. Pero quizás la innovación más importante fue la incorporación de aquellos viejos bondis que dejaron de funcionar los dias de partido. Eran esas mismas máquinas las que circulaban dentro del estacionamiento y acercaban a los hinchas desde el lugar donde estacionan su vehículo, sea cual fuere, hasta las puertas mismas del estadio. Primero eran dos las unidades, pero posteriormente tuvieron que habilitar tres líneas internas con seis unidades cada una para cubrir la totalidad del playon de estacionamiento que, para ese entonces, ya contaba con tres niveles superpuestos.



Contador Gratis