..:: El Canchanauta ::..

domingo, octubre 23, 2022

|» La derrota «|

"Dolerá hoy, pero mañana este mal trago ya tiene que ser pasado y debe ser el alimento para ir por revancha.

Las derrotas siempre son amargas, pero con el tiempo tienen la posibilidad de volverse un escalón para ir más alto.

Ese camino de aprendizaje los puede convertir de jugadores conocidos en inolvidables, de tener un paso transitorio a lograr una permanencia eterna.

Los destinados a quedar en la historia y en la vida de los hinchas son aquellos decididos a dejar una huella por donde pasan.

Está en ustedes dar vuelta la página hoy mismo, ir por más, y lograr ser recordados en la memoria por lo que generaron, ser memorables por el juego y el proceso que supieron transitar en un club más acostumbrado a olvidar pronto las desdichas que a marcar a fuego los éxitos.

No busquen afuera. No esperen nada de nadie. Ustedes mismos tienen todo para lograr quedar grabados en la historia grande de esta institución porque ya han dado muestras de poder hacerlo.

Solo resta que ustedes estén tan convencidos como nosotros y, más pronto que tarde, nos juntaremos a festejar la llegada de un futuro exitoso y lleno de triunfos.

Arriba. La gloria eterna está cerca."


martes, febrero 03, 2015

..:: De palo a palo, hasta las manos! ::..

Voló de palo a palo y no pudo evitar el golazo del nueve rival. De local o de visitante siempre dejó su impronta en los clubes en los que le tocó estar. Pero nunca borró esa imagen inicial que tuvo desde que apareció en el banco de la Primera de su club. Al tipo le encantaba que la barra lo tenga entre sus protegidos y que lo mimen todo el tiempo. Pero en algún punto eso terminó condenándolo. Sin lugar en el club de sus amores, tuvo que defender otros colores y en otros barrios, lejos de las amistades bravas. Aunque él solito supo como mantener viva esa relación peligrosa. Se lo vio camuflado y en otros ámbitos, pero siempre cercano a lo peor de su club original. Hoy, como después de ese vuelo estéril de siete metros, vuelve a estrellar el puño contra el suelo pensando en que fue lo que hizo mal. Cualquiera le puede dar la respuesta, si es que realmente la busca y la necesita. Lo peor es que, una vez mas, las sombras delictivas oscurecen el panorama futbolístico, pero más triste es ver como muchos se rasgan las vestiduras por una relación que se conocía desde hace años y tampoco nadie se preocupó demasiado por ocultar. El hecho es que este arquero y capitán, al menos hasta hoy, se encuentra detenido como un criminal convencional y es defendido por los mismos letrados que defendieron a caballeros hidalgos como Monzer Al Kassar. Ahora es el tiempo de que los abogados vuelen de palo a palo y traten de hacer milagros para que el futbolista no termine victima de su propio gol en contra.

viernes, abril 20, 2012

El capitán que quiso hundir el barco

Este flaco no es ejemplo.
Dilapidó jerarquía ganada.
Ni siquiera puso huevos,
ni quites, ni pisadas.

Aunque le gusta jugar bonito,
sólo en el medio se siente sólo.
Ahora lo quiere El Perro,
pero antes lo limpió al Cholo.

Ay! cinco querido !
Ésta es mi oda final.
No me olvido del partido,
que te afanaste un penal.

Ahora quedó tu hermano.
La culpa no es de él.
Aunque sea familiar cercano,
seguro que va a ser más fiel.

Al lado tuyo pasaron muchos,
picapiedras y con buen pié.
Extranjeros y nacionales truchos,
sólo al arquero le tengo fé.

Sos bicho raro en el ambiente.
Un capitán muy sumiso.
Tenés el short de Independiente,
nunca te vi tirarte al piso.

Te acordarás de tus días,
de capitán de Selección.
En esos tiempos yo quería
que te vendan a Gabón.

Modelo publicitario
o en el centro del field.
Siempre serás apuntado
como el cinco que fue infiel.

Ya nos sonaban raro
tantas lesiones seguidas.
La vas a pagar caro,
ganaste odio de por vida.

Ojalá triunfes y te vayas lejos.
Salgas en las tapas de revistas.
Mas cariño nos dejó Vallejos.
De vos no quedarán ni pistas.

Los colores te quedaron grandes.
No merecimos este desprecio.
Tantas glorias importantes,
ni se comparan con vos adefesio.

Ex capitán, a vos te digo,
hijo de un vagón de trolas.
Ojalá no nos crucemos nunca.
mi puño tus dientes seguro estrola.

jueves, abril 19, 2012

El hijo pródigo fue el peor traidor

Asomó de purrete, plantado y con elegancia.
Distribuyendo juego y sobrando con su prestancia.

Hizo todas las inferiores en el club.
Vino con la mejor camada.
Hoy no lo quiere ni Dock Sud.
Se mandó unas cuantas cagadas.

Fue campeón del mundo con Lionel.
Tuvo ofertas interesantes de Italia y de España.
Ya nadie se acordará de él.
Es un ejemplo que la facha engaña.

En su momento fue el 5 más pintón.
Siempre lo bancaron desde chiquito.
Aunque muchos le dijeron maricón,
porque no transpiraba ni un poquito.

Parece que su último vicio fue
cambiar de un rival el pantaloncito.
Un pena que no se dio que
peor fue verlo silbar bajito.

El fierro que llevó el colombiano
en realidad tenia otro destino.
Era la para gamba de este crack
que soñaba ser un capitán divino.

 Ahora tiene una meta bien clara.
Quiere seguir progresando en esto.
Que lo putee el local y el visitante
Yo si me lo encuentro lo acuesto.

Se la daba de capitán y líder.
Pero nunca copaba la parada.
Los árbitros lo conocían bien,
le decían "bu" y él lloraba.

Ahora va entrenarse al Tita.
Esperando su desvinculación.
Ojalá tenga mucha suerte,
porque nunca tendrá pasión.

Nunca tuvo huevos,
ni choques, ni un raspón.
El capitán fracaso miente,
si dice tener corazón.

viernes, agosto 14, 2009

Intransferible

Muchas veces en el fútbol se escuchó hablar de los intransferibles. Messi, Deco, Ronaldinho, el Mago Capria y Norberto Ortega Sánchez tuvieron esa cualidad durante distintos períodos y en distintos equipos. Obviamente el que ponía esa etiqueta sellaba el futuro inmediato del jugador para que siga ligado al club donde estaba jugando preservando los intereses de la instutición. Gambetas, caños, goles, atajadas, ovaciones y buen pié fueron siempre las causas que terminaban indefectiblemente desembocando en la in-trans-fe-ri-bi-li-dad de los protagonistas de esas proezas. Pero Hernán Ariel Gomez rompió los esquemas. Un jugador distinto, con ríos de tinta en referencia a él, con fotos en Internet y hasta un Grupo de fans en Facebook. Es que “El Cuervo” nunca pasó desapercibido. Su potente bombazo de media distancia terminaba en general en cualquier parte, pero siempre era temido (más que nada por los adictos a las botineras); su despliegue cansino pero criterioso siempre lo dejaba bien ubicado y al alcance de una sombrita o un trago de bebida fresca. Los técnicos y compañeros no comprendían sus tácticas y las maneras de moverse en la cancha. Los rivales mucho menos aún, pero de todos modos terminaban agradecidos pese a su incomprensión. “El Cuervo” sufrió lesiones graves que lo alejaron de las canchas, su ausencia se sintió y sus rivales pedían a gritos que vuelva. El equipo no era el mismo sin él: jugaba mucho mejor. Sus salidas nocturnas, su indisciplina dentro y fuera del campo de juego, su rebeldía, su histrionismo y sus cualidades técnicas lo hacen inolvidable. Se ganó el mote de intransferible por su desempeño futbolístico: era la descompostura del fútbol y por eso nadie lo quiso comprar. Gracias a Dios se retiró y ahora solo juega con sus compañeros de oficina.

lunes, agosto 10, 2009

El del micro

Elio es el chofer del club. Está acostumbrado a hacer viajes largos desde siempre y recuerda con nostalgia la época en la que el club estaba en el Nacional. Ahí viajó por todo el país, pero esos años dorados quedaron lejos. El club cayó en lo deportivo y ya no juega el Nacional, ni el Regional, ni el Metropolitano… está en la Liga Intercolegial de 3 de Febrero después de descender del Intercountries. Hoy los estadios son muy cercanos uno de otro y eso hace que Elio extrañe los viajes de días enteros y sobre todo el ánimo de los jugadores. Elio empezó en el oficio al mando del micro Amarillo del Colegio Pio XII y desde ahí nunca más soltó el volante. Ya cuando era chofer del club implementó algunas cositas que aprendió cuando tenía que transportar entre 50 y 60 adorables blancas palomitas. Es que las criaturas no fueron muy disciplinadas nunca y Elio supo siempre como domarlos y ponerles coto. Una vez en el club el plantel era bastante parecido a la división escolar más revoltosa. Tenía al Negro Marquez que era el más jodón y el que siempre estaba animando el viaje micrófono en mano, después aparecieron los agrandados que ya habían jugado en Europa y acá pretendían llegar a las canchas en limousine. Elio no tenía plata para tanto, pero una vez que el equipo estaba a bordo, todos juntos pasaban a buscar al agrandado por la casa para que no haya rispideces. Como contra partida tambien estaban los muchachos más humildes, los que no querían perder las raíces, para ellos también hubo solución. Les cobraba un boleto simbólico para que se sientan que todavía llegaban en bondi. Hoy las cosas no son tan positivas, los viajes son de 15 minutos pero él igual no pierde la fé en el Club, aunque ya habló con el Pio XII para empezar después de las vacaciones de invierno.

viernes, agosto 07, 2009

Milton “Quejoso” Miraballes

Hay jugadores violentos que son negativos para un plantel, otros tienen esa negatividad debido al hecho de ser camarilleros y hasta los hay por ser alcahuetes de los dirigentes. Pero el caso del peruano Milton es único y casi anecdótico. El tipo lidera el ranking de expulsiones por “reclamos desmedidos”. Pasa que Miraballes no termina de calibrar su temperamento y le da rienda suelta a su espíritu adolescente, clasista y combativo. Obviamente al tener semejante perfil, los arbitros saben que va a patalear fuerte frente a sus fallos, pero grande es la sorpresa cuando ven que también putea ante malos pases, ante las condiciones del campo de juego y las condiciones climáticas. La lista de motivos es enorme y hay un hincha, más enfermo que él, que está haciendo el listado oficial de las cosas que generaron la típica reacción del locuaz peruano. El material de la camiseta, el talle de los pantaloncitos, el número de la camiseta, el micro que lo llevó hasta el estadio, la infraestructura del vestuario y hasta el lugar donde dejó estacionado su auto. Pero el colmo fue cuando un día se terminó quejando, después de un foul, porque el club le pagó las primas con billetes de 2 pesos y eso le reventó la billetera.

El Puteador

Es una raza que habitualmente se ubica en las populares de cualquier cancha, pero que, sin dudas, sabe en que sector de la tribuna posicionarse. Es mal mirado por las mayorías en las cabeceras, dado que en gran parte, los puteadores son tipos que no saben muy bien el porque, que y a quien putear, pero no puede dejar de hacerlo compulsivamente. El hincha común de las cabeceras, los plateístas, como así también algunos de los palco, al menos tienen algún patrón común a la hora del insulto: la hinchada o equipo rival, los árbitros, lineman o asistentes, los antecedentes o gustos futbolísticos / políticos / éticos / estéticos / socio / económicos de algún jugador contrario emblemático, y en el peor de los casos, a los jugadores propios de bajo rendimiento. Es obvio que los malos directores técnicos y las malas dirigencias también se pueden llevar lo suyo si la situación lo solicita. Pero el puteador nato no hace (ni puede hacer) distinción alguna. Putea a propios y extraños, titulares o suplentes, locales o visitantes, consagrados o debutantes. El tipo tiene la necesidad de saciar su sed de insultos a como dé lugar. Hay casos teñidos por el etil y el metil que registran insultos prematuros a policías previamente al partido y todavía en camino a la cancha; otras veces insulta a hinchas de la misma tribuna solo para tener algún motivo de charla o discusión y hasta a personajes de la TV que estén en el estadio o adyacencias. La artillería usada es de lo más variada y va desde el “boludo” convencional ante un pase yerrado pasando por insultos racistas de distintos tintes y llegando a la fabulación del insulto. En los casos en que la puteada se acompaña de una cantidad importante de argumentación, en todos los casos, esa explicación es errónea, tergiversada y maliciosamente editada para justificar el insulto. Un insulto genuino no necesita explicación para ningún habitante del estadio más allá del sector que se encuentre. Un caso paradójico fue el de Pepe Fuckotovich quien en un encuentro se esmeró tanto por putear que comenzó a putear desde la salida de su casa, cuando puteó a su pichicho por querer escapar junto a él. Después vino la puteada reglamentaria a los de la montada y, ya como cábala, rajarle una puteadita por lo bajo a algún vehículo que transite por ahí. Pepe puteó tanto que no se percató que el partido al que estaba yendo se había suspendido. ¡ La puta madre que los parió ! exclamó Fuckotovich al enterarse.



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