..:: El Canchanauta ::..

miércoles, octubre 29, 2008

Mila Svagher

El arte de pegar sin ser identificado.
Todos sus caminos en la cancha tenían una sola cosa en común. Siempre quedaba alguien tendido en la gramilla esmeralda. Aunque no siempre con violencia desmedida. Después de un corner, en un contrataque o con la pelota fuera de juego. Lo cierto es que el 3 de origen teutón tenía ese sello distintivo. Patadas precisas, codos certeros, trompis milimétricos y la cabeza como pistón para el caso de una agresión más próxima. Paradójicamente fue un tipo con pocas tarjetas (ni Visa, ni Master, ni nada) ya que su modus operandi era fuerte en la evasión arbitral, dado que los hombres de negro neutrales nunca pensaban que Mila hacía de las suyas en situaciones tan poco comunes.
Una vez hubo un delantero que pasó por su sector y dejó escapar el balón fuera de los límites. Mila fue a buscar muy cansinamente el útil, y cuando nada hacía sospecharlo, el defensor le aplicó un fuerte empellón al veloz atacante.
Cuando el árbitro volvió sus ojos sobre la acción, el rubio estaba presto a ejecutar el outball, mientras que del ofensa rival no había rastros.
El juego siguió hasta que a los 5 minutos aparece el desaparecido pero como quien regresa de un fin de semana de pesca lluvioso, embarrado, mal oliente y lleno de verdín y musgo. El telebeam a la noche de ese día demostró que fue Mila quien le dio el regalito al zambullirlo en la fosa perimetral del campo de juego.
Obviamente el tribunal de disciplina para estas pavadas actúa de oficio. El resultado de ese accionar oficioso es evidente... hoy Mila esta jugando en Honduras en clubes municipales de poca monta.
Pero sigue haciendo de las suyas y escribiendo su leyenda dia a dia.



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